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lunes, 28 de marzo de 2011

CARTA ABIERTA - DENUNCIA COMPETENCIA DESLEAL ANTE LA SUPERINTENDENCIA DE INDUSTRIA Y COMERCIO, CNTV, MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y OTRAS CORPORACIONES PÚBLICAS.






HECHOS OBJETO DE RECLAMO
Exponer hechos que no corresponden a la realidad podrá hacer incurrir en el delito de falsedad y en las penas
previstas en el artículo 442 del Código Penal.


Me siento agredida emocionalmente por los contenidos desarrollados para televisión abierta por la empresa contratista de los Canales Privados RCN y Caracol, Teleset, S.A. y en particular por la libretista y productora Juana Uribe quien utiliza estos recursos para la persecución de ciudadanos que actúan conforme a la constitución y la ley con grave perjuicio para nuestras familias, en particular los niños. Como mamá considero que sus contenidos son poco apropiados para la audiencia familiar, están ubicados en espacios en los cuales todos nos sentimos vulnerados en nuestros derechos. Adicionalmente, ella coordina y aprueba toda la información y contenidos de todos los espacios televisivos quienes deben acatar el direccionamiento de esta señora. La situación pudo presentarse al realizar caracterizaciones en sus programas que aludían o parodiaban a familiares y amigos.

La situación inició en el 2002, año en el que fui contratista de Canal 13 para quienes realicé un programa para audiencia juvenil centrado en el tema de rock y derechos humanos. Era un proyecto centrado en la participación de los jóvenes, no era un espacio de concurso en el cual los grupos de rock debieran dar muestras de su destreza musical, sino más bien un lugar que nos permitiera diagnosticar la posición de los jóvenes frente a sus derechos, la familia, la sociedad y el estado desde sus propias voces. Fue ejecutado con jóvenes de la localidad de Kennedy en el contexto de una propuesta de televisión comunitaria. El programa no tenía gran cantidad de recursos financieros, se realizó con el apoyo del canal que prestó el estudio y su equipo técnico y tecnológico. Estuvo al aire por 1 año y se emitió en la franja prime, en el horario de las 9:30 p.m.

El programa obtuvo un raiting que sobrepasó nuestras expectativas, llegamos a tener alrededor de 600.000 cada noche de la región de Canal 13.

Al parecer la entrada en operación del nuevo canal afecto la audiencia de los programas de la productora e inició una campaña de desprestigio hacia los jóvenes realizadores del programa, hacia los muchachos de los grupos de rock, hacia la audiencia juvenil y hacia funcionarios del propio canal. Esto aunado a la feroz competencia que mantenía con el señor Dago García y Fernando Gaitán y que trasladó hacia nuestros colaboradores. De manera coyuntural, la situación coincidió con la orden de Presidencia de avanzar las investigaciones hacia un sector del Polo Democrático Alternativo. Como en el espacio cedido realizamos un par de entrevistas a personas afiliadas a este partido, la señora Uribe decidió extender la investigación hacia nuestro sector.

De modo recurrente, la señora Juana Uribe Pachón, instigó a los diferentes medios, incluyendo radio, prensa e internet para que adelantaran campañas de injuria y calumnia hacia nosotros. Llegué a sentirme muy deprimida por la situación motivo por el cual requerí de servicios de salud en el área de psiquiatría. Esto no detuvo a la funcionaria quien profundizó los ataques haciendo mofa de mi condición de salud.

Ante la presión que ejerció por varios años sobre los jóvenes del sector rock y que se extendieron a nivel nacional, escribí al Canal Caracol, pues en particular encontramos muchos ataques en los realities, telenovelas y noticias emitidos por este medio al señor Dago García quien acababa de ser nombrado Gerente de Producción y a quien ya conocía. Aproveché la familiaridad porque estaba tan intimidada que no era fácil para mí expresar mis emociones. Recibí un gran apoyo de los ejecutivos del canal quienes reaccionaron a mi solicitud y realizaron varios cambios que mejoraron mucho el servicio hacia las personas. Realmente ya nos estábamos mareando, la aparición de personajes que nos representaban y que mostraban intimidades de las personas, particularmente haciendo juicios de valor, desacreditando el trabajo de la gente y enunciando extorsiones en lenguaje metafórico generó en varios de nosotros naúseas, vómito, mareo y fiebre, quizás el impacto del medio sobre las mentes jóvenes y en formación. Lo menciono porque no es un tema menor y está muy cercano al Bullyng que se presenta en los colegios y universidades, violencia psicológica que puede llevar a una persona incluso al suicidio.

Ante mis reclamos, la productora redobló las injurias sobre mí y adicionalmente en retaliación hizo creer a las audiencias historias ficticias sobre mi familia, vaya uno a saber de dónde saca esas ideas, lo cual me hace prever que su condición de salud mental tampoco anda muy bien como para llevar a cabo la tarea de comunicar que exige tanta responsabilidad frente a la ciudadanía, en las que informaba a sus contactos de diferentes grupos armados, supongo que los conocía porque ante mi estado de nervios por las situaciones que después acontecieron, actuó con negligencia al no dar aviso oportuno a las autoridades.

 
Estas historias me vinculaban con el Cartel de Medellín, en una primera instancia, y luego mencionó algo sobre una herencia que debía reclamar de parte del señor Santodomingo. En el primer caso, recibí amenazas de grupos armados paramilitares, vinculándome una vez más con los funcionarios del Polo investigados.  En el segundo caso, aparecieron en el sector de mi residencia grupos aparentemente de las FARC y del ELN incentivados por la supuesta herencia, supongo. El hecho es que tuve mucho miedo sobre la seguridad de mi familia sobre todo porque también recibí amenazas telefónicas y ataques informáticos. La situación no pasó a mayores gracias a la intervención de los organismos de socorro.

Fueron muchas las situaciones bochornosas, de pánico, en la calle, en mi residencia, en las clínicas en donde tuve que ser hospitalizada que se presentaron. De resaltar, además de acercamientos miedosos de personas en el transporte público, incluídos taxis, mi padre tuvo su salario retenido, investigada por la DIAN, supuestamente por sospecha de lavado, ellos no se explicaban que jóvenes de las localidades tuvieran acceso al medio, mi hermano recibió amenazas televisivas igualmente, recibí amenazas de muerte de la señora Uribe hacia mis hijos, y mi tía recibió sendas cuentas de cobro de los bancos por créditos que no solicitó a nombre de algún homónimo.
No soy especialista en leyes pero para mí tal comportamiento atenta en contra de mis derechos fundamentales y los de mi familia, entre otros el derecho a la vida, a la salud, al
trabajo, al buen nombre, a la alimentación, a la vida íntima y familiar, a la
tranquilidad, a la propiedad, a interrelacionarme con los demás, a la
amistad, a la honra y a la dignidad. Finalmente, su conducta podría tipificarse como
injuria, calumnia, competencia desleal, y lesa humanidad pero también como secuestro
extorsivo o retención ilegal, tentativa de homicidio y tortura, en tanto que he perdido movilidad por miedo a salir sola a la calle y porque presento daños tanto emocionales como físicos. Llegué a presentar problemas de atención y de memoria, olvido de las direcciones, me perdía en la ciudad, entraba en estados de confusión y de vulnerabilidad que agravaban mi situación de salud frente a sus presiones. Sufrí de ataques de agorafobia, de pánico, sudoración, estrés, taquicardia y somatización epiléptica. Adicionalmente, la señora ordena programar amenazas hasta bien entrada la madrugada, afectando mi sueño y  mi alimentación en tanto que dejo de comer de la impresión que me causan las imágenes y contenidos que me presenta, sobre todo si se trata de orden público.  Esto, por supuesto, causa traumatismos en mi trabajo y en la relación con la familia por físico cansancio.

Gracias al apoyo que he recibido de familiares y amigos, la depresión aguda ya fue superada e intento restablecer mi ánimo y mis actividades cotidianas. Debido a mi notoria recuperación, a la señora le ha parecido que ella necesita comprobar demencia en mí para evitarse sanciones frente a la evidente falta de rigor en sus actuaciones y a la absurda presión que ha ejercido y sigue ejerciendo sobre nuestro sector, por lo que nuevamente ha iniciado acciones en mi contra, comunicados, retratos hablados a través del casting que realizan para sus producciones, la aparición de mobiliario, vestuario y maquillaje y peinados similares a los que tenemos en nuestro hogar o lugar de trabajo, unidos a parlamentos de sus personajes que en lenguaje metafórico lanza la amenaza como quien lanza un indirectazo, o imágenes en los noticieros y documentales en los que ubican al fondo alguna señal, o consiguen a una persona parecida para dar la impresión que desde lugares con situaciones complicadas de orden público, a uno lo tienen en cuenta. Ataques a la propiedad privada, la ubicación de amigos y cercanos suyos en el edificio o lugar de residencia. Acciones teatrales intimidantes en el barrio mientras que uno sale a comprar cualquier cosa, y filtración ilegal de líneas telefónicas y redes de televisión por cable e internet, sin ninguna orden estatal  y sin unas causas objetivas aparentes.  Esta situación altera el normal funcionamiento de la familia y allegados, ya hay varios casos de desajustes emocionales y hospitalización, incluido mi hermano quien al parecer recibió una amenaza tan contundente que terminó con crisis nerviosa en la clínica. La situación es igual o peor para nuestros niños, hubo una época en la que se convirtieron en motivo de burla en el colegio y en la universidad, presentan desatención, situación muy dolorosa para mí como mamá, tienen cambios drásticos en su comportamiento pese a que son muchachos muy comedidos y caseros, también les ha tocado vivir situaciones en la calle, a mi hijo me lo emburundangaron en Unicentro a las 3:00 p.m. comiéndose una hamburguesa. Es en general una situación de completa indefensión por lo cual solicito a ustedes muy comedidamente intervenir en mi queja y asesorarme sobre las acciones legales que se puedan realizar.


Lucy Tatiana Galvis Peñuela
c.c. 52'021.869

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